03 junio 2010
El quimérico inquilino
Ocurre muchas veces en esto del fútbol: Aún no ha pasado y todo parece en calma. Sin embargo corren rumores, la gente habla y, aunque no haya nada oficial, muchos dan por hecho algo que de ningún modo ha ocurrido. Es lo que se llama un secreto a voces y hace unos días hemos podido ver un claro ejemplo: Florentino Pérez compareció en rueda de prensa para anunciar oficialmente lo que todo el mundo ya imaginaba: Pellegrini no vio cumplido su contrato y Mourinho se convirtió en nuevo técnico del Real Madrid para las próximas cuatro temporadas, contrato sorprendente sin duda alguna teniendo en cuenta la escasa paciencia que se estila hoy en el fútbol, más aún en el club de Concha Espina.
En la Casa Blanca se ha probado de todo en los últimos años: técnicos ganadores, no tan ganadores, parches, entrenadores ofensivos, no tan ofensivos, otros que no se sabe muy bien lo que eran y a la vez un compendio de todo, y con ello no hase falta que tú dises nada más. De todo menos una receta: la paciencia. Quizá era el momento idóneo para cocinar un poco de calma y tranquilidad y catar otro año más con el técnico chileno en el banquillo, comprobar hacia dónde caminaría un equipo que ha mostrado varias caras con los refuerzos necesarios y una base se supone ya construida.
Dijo Florentino que el Madrid que ganó cinco Copas de Europa consecutivas lo hizo sin tener el mismo entrenador. Cierto es, pero también eran otros tiempos en los que el entrenador no tenía la misma capital importancia que tiene hoy en día. En aquella época el fútbol era de los futbolistas, hoy la pizarra se impone a todo lo demás hasta que algún rebelde, con causa o sin ella, decide intervenir en el devenir de los acontecimientos.
Muchos dicen que Pellegrini pagó la falta de títulos, y se remiten para afirmar lo contradictorio de los actos del presidente madridista a la entrevista que concedió hace unos meses a "Los Manolos" en las que afirmaba que un año en blanco no sería un fracaso, ¿pero alguien habría puesto la mano en el fuego por la continuidad del chileno si, tras hecatombe azulgrana ante el Valladolid, se hubiese ganado la liga en la última jornada? Yo no, desde luego.
Personalmente lo veo de la siguiente forma y pondré el ejemplo del primer año de Rijkaard en el Barcelona: Comenzó la liga de forma desastrosa y a punto estuvo de ser destituido a mitad de temporada. Sin embargo, poco a poco el equipo fue asimilando las ideas del holandés, fue formando un equipo y su segunda vuelta fue sencillamente brillante, incluso poco le faltó para ser campeón de liga.
El Madrid de Pellegrini, al menos en competición doméstica, no ha tenido una temporada de altibajos sino que se ha mantenido regular, sin mantener una trayectoria negativa ni arrollar a sus rivales salvo algunos partidos que acabaron en goleada ante equipos de mitad de la tabla hacia abajo. Por supuesto ha habido excepciones, como en Mallorca o en Valencia, y un equipo que ha marcado más de cien goles no se puede tomar a la ligera, ¿pero alguien tiene la sensación de que este Madrid ha arrasado? ¿De que ha impuesto verdaderamente su autoridad como equipo frente al resto?
No es esto un ataque a la temporada de Pellegrini en el equipo merengue, pero sospecho que la cúpula del Bernabéu quería un equipo que ofreciese buenas sensaciones, que impusiese su ley en el campo sobre el rival, y este equipo ha ofrecido partidos emocionantes con remontadas incluidas, atractivos para el espectador, pero insuficientes quizá al ojo crítico. No mantuvo una trayectoria ascendente ni dio, en general, sensación de clara superioridad sobre los rivales, algo que sí ofrecía aquel Barça de Rijkaard en la segunda vuelta de su primer año. Me refiero, claro está, a la liga. Además, el alcorconazo y los octavos ante el Lyon son dos pesadas losas con las que hubo de cargar el técnico chileno, más que por las diversas eliminaciones, por la manera en la que el equipo fue eliminado de la Copa y no haber superado la barrera de octavos en la que se halla sumido el club blanco en Europa.
No sé si habrá sido la mejor decisión la de destituir a Pellegrini, el tiempo lo dirá. Tampoco se sabe a ciencia cierta si Mourinho encajará en el Madrid. Debería saber ya el técnico portugués que el banquillo del Bernabéu en nada se parece al del Chelsea o el del Inter, que el banquillo madridista es un lugar que puede saltar por los aires cual asiento de piloto y que su inquilino debe ser un auténtico malabarista, y la continuidad puede ser una quimera en la que el técnico puede llegar a sufrir alucinaciones varias al más puro estilo del film de Polanski -nótese la dramatización-. De todas formas, el portugués ha demostrado ser un técnico de sobrada personalidad que es capaz incluso de atraer todas las críticas en pos de descargar de responsabilidad a sus futbolistas. Pensando en una nueva etapa en el club blanco, Mourinho parece un buen técnico para reflotar la nave blanca. ¿Qué ocurrirá? Se verá, y se contará.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Te había leído y te leo en Notas de fútbol, pero hasta ahora no te había leído por aquí. Me ha gustado mucho, riguroso y sin las exageraciones habituales que acaban cansando al hablar de deportes. Felicidades.
Un saludo :)
Publicar un comentario